Una paradoja en toda regla es esto: encontrarte con un poemario con
versos que laten, que están cargados de fuerza y fuego... y que se
titula "Hielos". Ya, desde este preciso momento, Adrián nos demuestra
que es un ilusionista, un domador de palabras.
A lo largo de la lectura veremos como juega con las letras y éstas
lo obedecen fielmente, como si estuviesen esperando que, después de
cumplir su función, les llegase al lomo una caricia de recompensa. Por
eso creo que este poemario está cargado de hachazos directos al corazón y
a la mente, porque está compuesto por poemas breves e intensos, porque
utiliza las justas palabras para hablarnos.
Su poesía, según estos ojos, es bastante reivindicativa. En la
primera parte, Hielos, nos ofrece la vida a través de personajes
mientras la esperanza (quizás aquella paloma que con su vuelo abre el
poemario) se va escapando poco a poco de nosotros para dejarnos con un
silencio. De golpe se apaga la conversación para que pensemos en todas
aquellas cosas que en nuestros ritmos de vida acelerados no nos
planteamos, nos invita a despertar, a terminar de romper el cascarón de
Calimero. Y abrimos los ojos -debemos hacerlo-, descosemos el cansancio
de nuestro vocabulario y vamos al encuentro de nuestro presente, porque
nos damos cuenta de que lo que dice Adrián es cierto "...la vida es más
corta que la muerte". Quizás los primeros pasos que demos aún tengan un
tinte grisáceo, pero poco a poco iremos recuperando la luz, porque eso
es lo que pretende: Mira, bucea en el mundo y ponte manos a la obra.
En Noctambulidad las palabras se impregnan de alcohol, con él baña
sus cicatrices. Se abre la noche y los sueños no se recogen con los
párpados cerrados sino que se vierten en cada copa, en cada paso que
da al cuidado de los gatos. Aquí veremos cómo pasea por la agrietada
ciudad, como empeña sus recuerdos por la noche y, por la mañana, la
almohada se le llena de nubes.
Y por último Anacronía acepta la muerte como un remedio para
aprovechar la vida, lo que tenemos ahora, como acepta que el amor no se
elige. Habla de recuerdos, pérdidas, anhelo y nos deja cabalgando entre
sentimientos. Cierra así. Las palabras han cumplido con su objetivo,
quizás se ganen alguna caricia en el lomo mientras Adrián destapa un
bolígrafo y comienza a escribir su siguiente aventura, pero entretanto... nos quedaremos disfrutando de esta.
Saray Pavón.
8 de Octubre del 2012.
Prólogo para el poemario "Hielos" de Adrián Pelaez.
3 ideas :
Certera reseña, espero leer su poesía por aquí.
Saludos ;-)
En su blog puedes leer cosas suyas (no recuerdo de memoria el link, pero se encuentra linkeado en el de la asociación wwww.difusionados.es :)). Espero que te guste lo que leas! Y si te pillas el libro espero que te gusten también las ilustraciones (que son mías :P).
Gracias por los datos Saray, nos leemos.
Abrazos ;-)
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