Matar al padre.

Es lo que hice en el poema Grisicitudes. Uno de los más largos y que más me ha costado escribir. Me acercaba al papel, lloraba un verso y huía incapaz de continuar. Me estaba haciendo el harakiri. Así que cuando leí el título Matar al padre de Amélie Nothomb, pensé en una especie de expurgo interior, una cartasis compartida. Como no es de los primeros libros... encajaba esa explicación. No voy a decir que no tenga un poco de eso la trama pero hace varios giros que te rompen la idea que te estabas formando (no voy a decir que sean inesperados porque en mi caso no lo fueron). No es de las mejores novelas de Nothomb pero te entretienen las historias de Joe -un joven desamparado que se refugia en la magia-, de Norman -un mago célebre y desarrollará los papeles de mentor y padre adoptivo- y Christina -una fascinante y seductora malabarista que acrecenta el conflicto entre Norman y Joe-.